(Málaga, 1945 – 2011).
Perteneciente al llamado surrealismo malagueño de los cincuenta junto a autores como Enrique Brinkmann o Francisco Peinado, Antonio Jiménez desarrolló una obra marcada por el color, especialmente en sus últimos años, en los que su pintura adquirirá una cualidad cada vez más vitalista. Debutó individualmente en 1959 en la Sala Caja de Ahorros de Ronda, en Málaga, y desde entonces celebrará muestras personales por toda España, en centros como el Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid, 1977) o el Municipal de Marbella (1982). También celebró muestras individuales en Austria, Alemania, Suecia, Bélgica, Estados Unidos, Italia, Holanda, Luxemburgo, Finlandia, Canadá y Portugal. Participó asimismo en ferias internacionales y en muestras colectivas por todo el mundo, y fue distinguido con la Primera Medalla de Oro Nacional de Educación y Descanso (Salamanca, 1970), el Premio Delegación de Cultura de la II Bienal de Zamora (1973), el de Ilustración del VI Premio Internacional de Poesía de Álamo (Salamanca, 1973), el Premio Moreno Carbonero del Ayuntamiento de Málaga en la II Bienal de esta ciudad (1974), el Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural del Ministerio de Educación y Ciencia en la III Bienal de Pintura de Zamora (1975), el Fundación Española de la Vocación (Barcelona, 1976), el Nacional de Pintura Francisco Gil (Salamanca, 1978), el Primer Premio de Pintura de la VIII Bienal de Marbella (1985), el Premio de la I Bienal de Pintura de la Fundación Jaume Guasch (1987) y el Notable Ibérica (Lisboa, 1996).
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